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viernes, 14 de setiembre de 2012

IMITAR LO BUENO

Lectura:
3 Juan Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. - 3 Juan 11


La mayoría de la gente coincidiría en que la vida es una mezcla dolorosa de cosas buenas y malas. Esto se aplica al matrimonio, las amistades, la familia, el trabajo y la iglesia. Sin embargo, nos sorprendemos y decepcionamos cuando el egoísmo entra en escena dentro de la comunión de quienes procuran adorar y servir a Cristo juntos.

Cuando el apóstol Juan le escribió a su amigo Gayo, elogió la fidelidad y la generosa hospitalidad de los miembros de su iglesia (3 Juan 3-8). Aun así, en la misma congregación estaba Diótrefes, «al cual le [gustaba] tener el primer lugar» y había creado un clima hostil.

Juan prometió ocuparse personalmente de él cuando visitara la iglesia. Mientras tanto, exhortó a cada integrante de la congregación, diciendo: «Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios» (v. 11). 

Las palabras de Juan se hacen eco de la instrucción de Pablo a los creyentes en Roma: «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal» (Romanos 12:21).
En un acalorado conflicto, quizá nos sintamos tentados a «devolver fuego por fuego». Sin embargo, Juan nos insta a dejar lo malo y seguir lo bueno. Este es el sendero que honra a nuestro Salvador. - DCM


Como la luz vence la oscuridad, la bondad triunfa sobre el mal.

jueves, 13 de setiembre de 2012

DUDAS Y FE

Lectura:
Juan 20:24-31 ¡Señor mío, y Dios mío! —Juan 20:28

¿Puede un creyente en Cristo, que ocasionalmente duda sobre asuntos de la fe, ser eficaz en el servicio al Señor? Algunos piensan que los cristianos maduros y fieles nunca cuestionan sus creencias; sin embargo, así como tenemos experiencias que fortalecen nuestra fe, también vivimos situaciones que nos hacen dudar temporalmente.


En un principio, el discípulo Tomás dudó de los informes sobre la resurrección de Jesús. Dijo: «Si no viere en sus manos la señal de los clavos, […] no creeré» (Juan 20:25). Cristo no lo reprendió, sino que le dio las pruebas que pedía. Pasmado al ver al Salvador resucitado, Tomás exclamó: «¡Señor mío, y Dios mío!» (20:28). Después de ese incidente, el Nuevo Testamento no dice nada más sobre este discípulo.


No obstante, varias tradiciones de la iglesia primitiva afirman que Tomás fue como misionero a la India. Se dice que, mientras estuvo allí, predicó el evangelio, hizo milagros y fundó iglesias. Algunas de esas iglesias todavía siguen siendo congregaciones dinámicas que atribuyen su fundación a Tomás.


Un período de dudas no tiene que convertirse en un patrón de vida. Deja que Dios te guíe para que comprendas más profundamente sus verdades. Renueva tu fe. Aún puedes lograr grandes cosas para Él. - HDF



Aprende a dudar de tus dudas y a creer tus creencias.

miércoles, 12 de setiembre de 2012

SERVIR BIEN Y CON ALEGRÍA

Lectura:
Salmo 100 Servid al Señor con alegría… —Salmo 100:2

Hoy, hace nueve años, un querido amigo salió a correr durante la hora del almuerzo, y nunca volvió. Kurt De Haan, que era el editor general de Nuestro Pan Diario, murió de un ataque al corazón ese soleado jueves. Algunos de los que trabajábamos con él, conservamos todavía cosas suyas de valor sentimental en nuestras oficinas.

Por ejemplo, en una pared de mi cubículo, tengo colgado el último memorándum que recibí de Kurt. Me recuerda su esmero como editor, siempre esforzándose por representar bien y fielmente la Palabra de Dios. Otra colaboradora muestra la última bola de papel que él lanzó en dirección de ella, que le recuerda el entusiasmo que él tenía por disfrutar de la vida.
Cada vez que hablamos de Kurt y de cómo lo echamos de menos, comentamos que su vida era la combinación de una búsqueda de la excelencia con una personalidad divertida. Trabajaba duro y le encantaba la vida. Se esforzaba por enseñar la Palabra de Dios con integridad mientras vivía su vida con gozo.

Pensar en Kurt y en su ejemplo es estimulante y desafiante. Nos recuerda que otros están observándonos, y que pueden decir si estamos sirviendo «al Señor con alegría» (Salmo 100:2) y si nuestro amor a Él se manifiesta en buenas obras (Efesios 2:10). Servir bien. Servir con alegría. ¿Describen estas cualidades nuestro trabajo para el Salvador? - JDB

Para que el gozo permanezca, coloca siempre primero a Cristo.

«SALA DE CHAT»