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jueves, 8 de noviembre de 2012

JOSIAS 2013 :)


EL LEGADO

Lectura:
Colosenses 3:8-17 Vestíos, […], santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. - Colosenses 3:12

Un día, mi esposa me llamó al trabajo y dijo: «Algo pasa en la casa de al lado. Está lleno de autos». Como conocía la ocupación de mi vecino, temí lo peor, lo cual se confirmó de inmediato. Mientras cumplía su deber, Trevor Slot, que era policía, había sido asesinado al tratar de detener a dos ladrones que escapaban de un banco. Nuestra comunidad quedó atónita.

Trevor no tuvo tiempo de prepararse para morir; sin embargo, estaba listo. Su fe en Cristo era firme y su reputación de hombre sobresaliente estaba intacta. En su funeral, al que asistieron cientos de policías, su colega, el detective Brandyn Heugel declaró: «Era un oficial dedicado a su trabajo, pero primero y principal, fue un marido que amaba a su esposa Kim y que adoraba a sus hijas Kaitlyn y Abbie». En verdad, el tema central de los elogios a Trevor fue su gran personalidad, y su amor y preocupación por su familia.
Su vida ejemplificó las palabras de Colosenses 3:12-13: «Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros…». Estas características dejan un legado inspirador.

No sabemos cuándo Dios nos llamará a nuestro hogar celestial, pero sí estamos seguros de esto: cada día es una oportunidad para dejar un testimonio digno de nuestra fe.
JDB

Cada día agregamos a nuestro legado… algo bueno o algo malo.

lunes, 15 de octubre de 2012

SEGUIR DANDO FRUTO

Lectura:
Juan 15:8-17 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto… - Juan 15:8

A veces, la cosecha llega tarde. En ocasiones, uno siembra semillas de esperanza sin darse cuenta. Otras veces, el fruto de tu vida llega de una manera y en un momento totalmente inesperados.
Mi hija Melissa había aceptado el regalo de Dios de la salvación a temprana edad, pero nunca había considerado que podría ser una gran creyente que cambiara la vida de otras personas. Era apenas una estudiante de escuela secundaria que trataba de cumplir con su trabajo, los estudios y los deportes mientras se relacionaba con sus amigos; solo una chica que intentaba vivir como Dios quería.

Sin embargo, en 2002, cuando el Señor la recibió en el cielo con solo 17 años de edad, su fe en Cristo y su vida fiel se destacaron por sí solas. Sin advertencia previa, sin tiempo para recomponer las cosas con los demás, sin oportunidades para llevar «mucho fruto» (Juan 15:8).
Melissa trataba de vivir de una manera agradable a Dios… y su vida aún sigue danto fruto. Hace poco, oí sobre un joven que había confiado en Cristo como su Salvador en un campamento de deportes después que su entrenador había compartido la historia de Melissa.

Todos estamos escribiendo una historia con nuestra vida, que afecta a otros ahora y en el futuro. ¿Vivimos para agradar a Dios? No sabemos cuándo nos llamará para ir al cielo; así que, vivamos cada día con un ojo puesto en la cosecha. - JDB

Una cosecha abundante exige una vida fiel.

viernes, 14 de setiembre de 2012

IMITAR LO BUENO

Lectura:
3 Juan Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. - 3 Juan 11


La mayoría de la gente coincidiría en que la vida es una mezcla dolorosa de cosas buenas y malas. Esto se aplica al matrimonio, las amistades, la familia, el trabajo y la iglesia. Sin embargo, nos sorprendemos y decepcionamos cuando el egoísmo entra en escena dentro de la comunión de quienes procuran adorar y servir a Cristo juntos.

Cuando el apóstol Juan le escribió a su amigo Gayo, elogió la fidelidad y la generosa hospitalidad de los miembros de su iglesia (3 Juan 3-8). Aun así, en la misma congregación estaba Diótrefes, «al cual le [gustaba] tener el primer lugar» y había creado un clima hostil.

Juan prometió ocuparse personalmente de él cuando visitara la iglesia. Mientras tanto, exhortó a cada integrante de la congregación, diciendo: «Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios» (v. 11). 

Las palabras de Juan se hacen eco de la instrucción de Pablo a los creyentes en Roma: «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal» (Romanos 12:21).
En un acalorado conflicto, quizá nos sintamos tentados a «devolver fuego por fuego». Sin embargo, Juan nos insta a dejar lo malo y seguir lo bueno. Este es el sendero que honra a nuestro Salvador. - DCM


Como la luz vence la oscuridad, la bondad triunfa sobre el mal.

jueves, 13 de setiembre de 2012

DUDAS Y FE

Lectura:
Juan 20:24-31 ¡Señor mío, y Dios mío! —Juan 20:28

¿Puede un creyente en Cristo, que ocasionalmente duda sobre asuntos de la fe, ser eficaz en el servicio al Señor? Algunos piensan que los cristianos maduros y fieles nunca cuestionan sus creencias; sin embargo, así como tenemos experiencias que fortalecen nuestra fe, también vivimos situaciones que nos hacen dudar temporalmente.


En un principio, el discípulo Tomás dudó de los informes sobre la resurrección de Jesús. Dijo: «Si no viere en sus manos la señal de los clavos, […] no creeré» (Juan 20:25). Cristo no lo reprendió, sino que le dio las pruebas que pedía. Pasmado al ver al Salvador resucitado, Tomás exclamó: «¡Señor mío, y Dios mío!» (20:28). Después de ese incidente, el Nuevo Testamento no dice nada más sobre este discípulo.


No obstante, varias tradiciones de la iglesia primitiva afirman que Tomás fue como misionero a la India. Se dice que, mientras estuvo allí, predicó el evangelio, hizo milagros y fundó iglesias. Algunas de esas iglesias todavía siguen siendo congregaciones dinámicas que atribuyen su fundación a Tomás.


Un período de dudas no tiene que convertirse en un patrón de vida. Deja que Dios te guíe para que comprendas más profundamente sus verdades. Renueva tu fe. Aún puedes lograr grandes cosas para Él. - HDF



Aprende a dudar de tus dudas y a creer tus creencias.

miércoles, 12 de setiembre de 2012

SERVIR BIEN Y CON ALEGRÍA

Lectura:
Salmo 100 Servid al Señor con alegría… —Salmo 100:2

Hoy, hace nueve años, un querido amigo salió a correr durante la hora del almuerzo, y nunca volvió. Kurt De Haan, que era el editor general de Nuestro Pan Diario, murió de un ataque al corazón ese soleado jueves. Algunos de los que trabajábamos con él, conservamos todavía cosas suyas de valor sentimental en nuestras oficinas.

Por ejemplo, en una pared de mi cubículo, tengo colgado el último memorándum que recibí de Kurt. Me recuerda su esmero como editor, siempre esforzándose por representar bien y fielmente la Palabra de Dios. Otra colaboradora muestra la última bola de papel que él lanzó en dirección de ella, que le recuerda el entusiasmo que él tenía por disfrutar de la vida.
Cada vez que hablamos de Kurt y de cómo lo echamos de menos, comentamos que su vida era la combinación de una búsqueda de la excelencia con una personalidad divertida. Trabajaba duro y le encantaba la vida. Se esforzaba por enseñar la Palabra de Dios con integridad mientras vivía su vida con gozo.

Pensar en Kurt y en su ejemplo es estimulante y desafiante. Nos recuerda que otros están observándonos, y que pueden decir si estamos sirviendo «al Señor con alegría» (Salmo 100:2) y si nuestro amor a Él se manifiesta en buenas obras (Efesios 2:10). Servir bien. Servir con alegría. ¿Describen estas cualidades nuestro trabajo para el Salvador? - JDB

Para que el gozo permanezca, coloca siempre primero a Cristo.

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿QUIÉN TIENE LA CULPA?




Lectura: Génesis 43:1-10.


"Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, seré para ti el culpable para siempre" Génesis 43:9

Judá estaba dispuesto a asumir la responsabilidad de llevar a su hermano Benjamín de vuelta a Egipto (Génesis 43:9). Si algo le pasaba, el aceptaría la culpa. Esta es una de las características más inusuales en la naturaleza humana porque, por lo general, procuramos culpar a otra persona.

Una noche, hubo un choque frente a mi casa. Salí y me encontré con una enérgica discusión sobre quién tenía la culpa. Uno de los conductores gritaba, diciendo: "Usted estaba en el lado contrario de la calle y además iba demasiado rápido". La otra persona contestó: "No, usted tiene la culpa. No puso las señales direccionales y tenía encendida la luz alta". Después de media hora, llegó la policía y se repitió la discusión.

Una de las cosas más difíciles de aprender es aceptar la culpa y decir: "Me equivoqué". ¿Por qué? No siempre se trata de deshonestidad deliberada. La verdadera razón es, sencillamente, que lo vemos solo desde nuestra perspectiva personal. Si pudiéramos considerarlo con calma desde el punto de vista de la otra persona, podría parecer totalmente distinto.

Toda moneda tiene dos caras. Nunca podrás ver ambos lados hasta que dejes de acusar y escuches humildemente a la otra persona. Si quieres resolver un conflicto, debes estar dispuesto a aceptar la culpa.

Reflexión: Para tener razón, debes estar dispuesto a reconocer que podrías estar equivocado.

viernes, 13 de abril de 2012

ÉL CUIDA A LOS SUYOS



Lectura: Salmo 145:8-21.
"Jehová guarda a todos los que le aman..." Salmo 145:20

Una niña que viajaba en tren por primera vez oyó que tendría que cruzar varios ríos. Cuando pensaba en el agua, se sentía perturbada y tenía miedo. Pero cada vez que el tren se acercaba a un río, siempre había un puente que le permitía atravesarlo con toda seguridad.

Después de pasar sin problema por varios ríos y corrientes, la niña se recostó en su asiento dando un suspiro de alivio. Entonces, miró a su mamá y dijo: "Ya no estoy preocupada. Alguien ha puesto puentes en todo el camino".

Cuando nos enfrentemos con aguas profundas de tristeza, nosotros también descubriremos que Dios, en Su gracia, "nos ha puestos puentes en todo el camino". Así que, no tenemos que sumirnos en la desesperanza y la ansiedad. De maneras deleitosas, aunque muchas veces inescrutables, Él proveerá lo que haga falta y nos ayudará a atravesar todas nuestras dificultades, hasta llegar al otro lado. Aunque no entendamos cómo suplirá nuestras necesidades, podemos estar seguros de que proporcionará la forma de hacerlo.

Los que han entregado sus circunstancias a Dios pueden exclamar con el salmista: "Justo es Jehová guarda a todos, y misericordioso en todas sus obras. Jehová guarda a todos los que le aman..." (Salmo 145:17,20).

En vez de preocuparnos por lo que nos espera, podemos confiar en que el Señor estará presente para cuidarnos.

Reflexión: Donde Dios guía, también provee.

lunes, 9 de abril de 2012

LA ESPERANZA DEL AMANECER



"Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol" Marcos 16:2

Imagina lo que sería si nos acostáramos una noche sabiendo que el sol no saldrá a la mañana siguiente. Piensa en el frío, la oscuridad sin fin, las inevitables garras de la muerte que, poco a poco, recorrerían toda la tierra. Las plantas secarían, las flores se marchitarían, los árboles morirían y todo lo que vive perecería por falta de luz solar.

Pero ¡bendito sea Dios! El sol sale todos los días; su cálida luz, que da vida, inunda la tierra. A la "muerte" de una puesta de sol le sigue la "resurrección" del amanecer del siguiente día, y nuestra esperanza se renueva. Todas las mañanas, los rayos solares nos recuerdan que la larga noche del pecado y de la oscuridad darán paso al día eterno en el cielo.

Más segura que la salida del sol por la mañana es la certeza de nuestra resurrección en Jesucristo. La oscura noche de la muerte cayó sobre Él y Su cuerpo sin vida fue puesto en la tumba. ¡Pero resucitó! Y en  Su resurrección está la promesa de nuestra vuelta a la vida. El apóstol Pablo declaró: "En Cristo todos serán vivificados" (1 Corintios 15:22).

La próxima vez que veas salir el sol y mires sus rayos que iluminan el cielo de la mañana, deja que tu corazón se llene de esperanza. ¡Es un recordatorio de la certeza de tu propia resurrección!.

Reflexión: La resurrección de Cristo garantiza la nuestra.

«SALA DE CHAT»